jueves, 21 de enero de 2010

Sobre la ética en la magia

Debido a la influencia y rápido desarrollo de las relaciones humanas así como de la comunicación en los últimos tiempos, el tomar cualquier tipo de idea, artística o profesional, y, a partir del análisis superfluo o metódico de su estructura, elaborar y desarrollar nuestra propia idea o espectáculo llevándonos el mérito por su desarrollo entraría dentro de aquello que denominamos ética personal.

Por el contrario, la ética profesional debería estudiarse desde el punto de vista de la competitividad, desarrollo y consecución de objetivos dentro la actividad, así como la valoración de los valores propios y personales (adquiridos o no) Si nuestra empresa, tarea o desarrollo de nuestra actividad se basa en la parodia, homenaje o trabajo realizado por otras personas, deberíamos plantearnos si es imperativo el estudio de aquellos personajes y actividades sobre las que queremos trabajar así como el desgranage de cada matiz para ensamblarlo como nuestro.
Estos planteamientos serían debatibles dentro de la ética profesional, pero para debatir esta ética, primero deberíamos realizar un estudio interno y reconocer aquellos valores de nuestra ética personal que nos marcarán nuestro camino profesional.

Por tanto, si no tenemos ética personal no podemos abogar por una ética profesional a menos que esa ética sea NUESTRA, del individuo y, a su vez, del colectivo. Pero para hacer partícipe al colectivo es necesario que cada individuo del mismo conozca sus propias valoraciones personales y nos e confunda intentando profesionalmente que se realice lo que ÉL no haría personalmente. De esta manera el colectivo será puro, independientemente del entorno, y todos sus miembros ensalzarán y promoverán esos valores.

Desde mi punto de vista para preparar un decálogo sobre ética primero deberíamos conocer nuestra propia ética.

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